En el último evento donde pusimos nuestro stand me pasó una cosa curiosa, y es que, mientras terminaba de montarlo todo (entre trozos de cinta adhesiva, perchas fuera de su sitio, y carteles varios esparcidos aún por allí, uno de los cuales rezaba “el placer de vestir sostenible”) se acerca un señor de entre 70-80 años y me dice:
– “Hola mi niña, perdona, ¿qué es vestir sostenible?”
No es que no supiera responder, estoy todo el rato redactando textos sobre la importancia de consumir moda sostenible, el slow-fashion, los beneficios del algodón orgánico, el impacto de la industria textil…
Pero me cogió desprevenida. Como cuando de pequeña mi padre, de la nada, me hacía una pregunta del tema que me tenía que haber estudiado esa tarde.
Total, que reaccioné un par de segundos tarde pero reaccioné, le expliqué al señor de manera rápida lo que significaba aquel cartel, y sólo se quedó en una anécdota que me hizo reflexionar sobre que, muchas veces, doy por hecho que todo el mundo sabe lo que quiere decir “vestir sostenible”, pues yo estoy día sí día también leyendo, investigando y hablando sobre ello.
Pero aunque la sostenibilidad esté de moda, la realidad es que no tenemos el concepto bien interiorizado. Si fuera así, Shein no sería el gigante que es (su valor en bolsa es como el de Zara y H&M juntas), por poner un ejemplo rápido.
Concluyendo, esta entrada no va de datos ni de porcentajes, sólo quiero lanzarte la pregunta, a ver qué le responderías al señor mientras montas el stand: ¿Qué es vestir sostenible?
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